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Conoce a Martín I. Ramírez

Un día en la vida de un Ingeniero de Servicios de Campo de SIG

Martín I. Ramírez, Ingeniero de Servicio de Campo del Departamento de Postventa de SIG Barcelona, forma parte de la familia SIG desde 2015. Durante los últimos nueve años, tu función te ha llevado por todo el mundo: resolviendo retos técnicos, trabajando mano a mano con los clientes y sumergiéndose en nuevas culturas. Para Martin, esta mezcla de complejidad profesional y descubrimiento personal es lo que hace que su trabajo sea tan gratificante. 

Desde su primer día en un proyecto, Martin se centra en la planificación y una comunicación clara. "El contacto inicial con el cliente es clave", afirma. "Es donde comienza la relación y se empieza a generar confianza". Trabaja estrechamente con cada cliente para definir el alcance, fijar las expectativas y establecer un plan detallado, todo lo cual contribuye al éxito y la satisfacción del cliente. 

La jornada de Martin suele empezar con una comprobación técnica, en la que revisa el trabajo del día anterior, se pone de acuerdo con el cliente sobre los pasos siguientes y se prepara para lo que le espera. Sobre el terreno, sus tareas van desde el diagnóstico y los ajustes mecánicos hasta el mantenimiento a gran escala y la optimización del rendimiento. Su trabajo puede extenderse más allá del horario estándar, superando a menudo las 12 horas diarias, pero ver una máquina funcionando de nuevo a la perfección hace que el esfuerzo merezca la pena. 

 

La comunicación clara y transparente con el cliente es una de las principales prioridades de Martin. "No se trata solo de arreglar las cosas, sino de escuchar, alinear las expectativas y crear un plan de acción compartido", explica. Esta claridad ayuda a mantener un flujo de trabajo fluido y refuerza la asociación entre SIG y sus clientes. 

 

A veces, el agradecimiento de los clientes va más allá de las palabras, como una cena espontánea de agradecimiento tras un proyecto difícil. "Estos gestos significan tanto como cualquier certificado", dice Martin. "Me recuerdan que este trabajo también es una cuestión de conexión humana". 

 

Para Martin, ser ingeniero de servicio de campo es mucho más que trabajar con máquinas. Se trata de resolver problemas bajo presión, hacer que las cosas funcionen en condiciones complejas y, a menudo, lejos de casa. "Este trabajo no es para todo el mundo, es exigente", dice. "Pero si te gusta aprender constantemente, trabajar en equipo y superar retos, no hay nada que se le parezca". 

 

A pesar de la intensidad, Martin prospera en este entorno. Cada proyecto es una oportunidad para mejorar, tanto profesional como personalmente. Reconoce que el apoyo y la formación continuos de SIG le han ayudado a crecer en todos los frentes: desde el dominio técnico hasta la comunicación con el cliente y la coordinación de proyectos. 

 

"Mientras pueda seguir viajando, resolviendo problemas y estableciendo contactos técnicos y humanos, sé que estoy donde debo estar", afirma con confianza.